I tampoc no és nou, ni és cap originalitat, afirmar que la literatura és d’aquelles coses que val la pena cuinar a foc lent. Siguem dels bons, encara que això no done titulars fàcils, ni ràpids. Tot i que no tinguem cap revolució, ni cap efecte, ni cap generació:
Leo con pena el artículo de opinión de un colega que durante años, en vista de que no tenía la recepción crítica que esperaba, buscó y logró la ayuda de grandes nombres de la literatura para que hablaran bien de sus libros. Al leerlo, me doy cuenta de que han pasado los años y, a pesar de las frases elogiosas que le dedicaran esos grandes hombres literarios, la obra de mi colega sigue siendo mala, de baja intensidad. De nada le ha servido la protección de los grandes nombres. Ahora él mismo puede ver que le habría resultado más rentable emplear su tiempo en escribir mejor que en coleccionar frases rimbombantes de algunos figurones. Al reflexionar acerca de esto, me viene a la memoria algo que dijo Jules Renard en su impagable Diario: “Hay grandes escritores y escritores buenos. ¡Seamos de los buenos!”
Enrique Vila-Matas, Dietario voluble
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