Cuenta Galeano en una de las narraciones de El Libro de los Abrazos, "Celebración de la Amistad", lo que otro gran contador, Benedetti, le confesó en cierta ocasión:
En los suburbios de La Habana, llaman al amigo mi tierra o mi sangre.
En Caracas, el amigo es mi pana o mi llave: pana, por panadería, la fuente del buen pan para las hambres del alma; y llave por ... - Llave, por llave - me dice Mario Benedetti.
Y me cuenta que cuando vivía en Buenos Aires, en los tiempos del terror, él llevaba cinco llaves ajenas en su llavero: cinco llaves, de cinco casas, de cinco amigos: las llaves que lo salvaron.
Las llaves suponen una especie de conquista de un país, el reto es saber guadar en ellas lo que ellas guardaron en nosotros en el momento en que formaron parte de nuestro bolso o de nuestro bolsillo, de nuestra vida, de nuestro personal país.
0 comentaris:
Publica un comentari a l'entrada