01 de febrer 2006

Incomunicats

El mito de la radical separación entre mercado y Estado, de las presuntas garantías del primero contra el control, la manipulación y las censuras del segundo parecía ya insostenible a tenor de numerosos ejemplos históricos contemporáneos.

[…]

Lo nuevo es cómo, en condiciones mantenidas de democracia formal, gobiernos autoritarios consiguen subordinar a los medios privados –y en su caso también naturalmente a los públicos– a sus propias reglas de comunicación, orquestando a buena parte del sistema cultural y mediático en beneficio de su poder. Y ello aunando viejas herramientas (censuras, concesiones o licencias radiotelevisivas, subvenciones o corruptelas públicas…) con un hábil manejo de los instrumentos simbólicos que los propios medios de comunicación especialmente electrónicos permiten en las modernas sociedades, sin una actuación coactiva del Estado hacia el sector privado, pero ejerciendo una sinergia de intereses económicos y políticos, de beneficios y poder, a la contra de toda oposición y de la sociedad civil misma.

Enrique Bustamante, “La degradación tendencial del espacio público. Del totalitarismo del estado al del mercado…, y sus combinaciones”, dins Contrastes núm. 43, València, desembre/gener, 2005/2006.